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En esta nueva oleada de tendencias de otoño invierno 2024-2025 que llega, todas las miradas están puestas en los vestidos. Un patronaje que funciona a modo de espejo, para darnos a conocer los diseños que vestiremos y asimismo, aquellas estéticas virales que marcarán la pauta de estilo.

Extrapolables al resto de categorías que crean la moda, se origina una reunión donde conviven el boho chic, las siluetas de las flappers y las confecciones asimétricas, así como adornados equivalentes a la fiesta: plumas, flecos y metalizados que prometen un otoño-invierno 2024 de lo más entretenido. A continuación repasamos todas sus claves.

Con plumas

De microtendencia sigilosa a convertirse en una oda al glamour por todo lo alto, este otoño-invierno los vestidos más buscados se adornarán con plumas. Míticas para las fiestas navideñas, ya veíamos como salían tímidamente de su contexto festivo tradicional para colarse en el armario diario de las prescriptoras de estilo, sobre todo en conjuntos pijameros. Sin embargo, ahora vuelven a reafirmarse como un elemento esencial de cualquier celebración, al estilo de Ferragamo y Dolce & Gabbana. Ambas las proponen como acento en los hombros, al ser una manera sencilla de elevar cualquier look de noche. Algo que también demuestra Stella McCartney, esta vez al recubrir los diseños por completo. Y es que en esta ocasión se formulan junto a siluetas minimalistas y oscuras, que nos invitan a dejar de vestir plumas a plena luz del día.

Estética 'flapper'

De los felices años 20 a 2024: los vestidos de las flappers regresan con la misma esencia dinámica del pasado gracias a los flecos. Unas prendas pensados para bailar y acentuar el movimiento, a veces con cinturas bajas como en aquel entonces. Una aproximación al más puro estilo de Daisy Buchanan en el ‘El gran Gatsby’, que Bottega Veneta propone en vibrantes tonos rojos, alejados de los clásicos acabados metalizados que sí incorporan Missoni o Dior. Aunque todos ellos guardan en común la falda recta y cómoda que hicieron de estas mujeres revolucionarias un auténtico icono de moda.

Drapeados

Una de las tendencias que más se ha repetido en las pasarelas es la utilización de drapeados. Finísimos y envolventes, estos pliegues se ajustan al cuerpo para resaltar las caderas, la cintura o el escote con acabados ligeros. Los vemos aplicados a telas semitransparentes en Proenza Schouler y Saint Laurent, que crean acabados etéreos en verde o con el color del año, el ‘peach fuzz’. Aún así, también hay espacio para tejidos opacos, en los que Louis Vuitton y Toteme aplican la misma técnica. El resultado, tanto en uno como en otro, son vestidos luminosos y favorecedores que ensalzan el cuerpo de manera natural.

Asimétricos

Favorecedores y sensuales como pocos, los vestidos asimétricos logran ser efectivos con un simple gesto. Basta dejar un hombro al descubierto para obtener una de las siluetas más reconocibles y favoritas de las insiders, dado que sientan bien a cualquier edad. Además demuestran una increíble versatilidad con vestidos casuales como el de Emporio Armani o KNWLS (que recuerda a una camiseta) u otros preparados para saltar a la alfombra roja. Este último, con un toque extra de sofisticación, acompaña a firmas como Roberto Cavalli o Alberta Ferretti a partir de minifaldas, escotes corazón y layering.

Plateados

Si el año pasado arrasaron los zapatos plateados en todas sus versiones, este es el momento de los vestidos con el mismo acabado metálico. Brillantes y capaces de iluminar cualquier complexión, llegan para añadir alegría a los días más invernales. Se trata de un acierto seguro, al funcionar al igual que un básico y combinar fácilmente con la mayoría de prendas neutras que ya se encuentran en nuestro guardarropa.

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