El Bogotá Fashion Week cierra las puertas de su primera edición digital, sus presentaciones y agenda de moda, pero conserva por al menos seis semanas más su agenda de negocios.
Las marcas participantes en el evento continúan desarrollando su estrategia comercial en la plataforma Joor hasta el 20 de noviembre.
En la tercera y última jornada del evento comercial de moda se presentaron las colecciones de demi fine y concept jewelry, la joyería tradicional y los trajes de novia, donde Diego Guarnizo reveló su esperada colección nupcial inspirada en las culturas indígenas de Colombia.
El ready to wear también presentó sus exponentes en la jornada del sábado, con Carlo Carrizosa, Alexandra Bueno, Atelier Crump, Daniella Batlle, Laura Aparicio, Julieta Suárez, Bettina Spitz y Faride Ramos, que son actualmente la nueva generación de talentos jóvenes colombianos en el radar de la moda internacional, con conceptos únicos y completamente diferentes entre sí.
Dentro de los diseñadores internacionales invitados al evento en el tercer día de presentaciones estuvo el venezolano Efraín Mogollón quien se ha abierto paso en el mercado internacional gracias a sus creaciones que fusionan la alegría de la mujer latina con la demanda cosmopolita. “Lo sexy no es mostrar, es sugerir”, anunció el diseñador.
En la agenda de historias de moda, Isaac Korn, director de innovación de Perry Ellis International en Estados Unidos, habló sobre la innovación y su impacto en los procesos y la rentabilidad de la industria de la moda. Los nuevos desarrollos de gigantes como Lectra, Gerber y Optitex han llevado a las empresas hacia una construcción de muestras y prendas de vestir de manera 100 % digital con muestras y fittings computarizadas en 3D. Korn aterrizó su conocimiento al mercado colombiano dejando una invitación abierta a hacer el cambio de mentalidad que el mundo exige actualmente.
Gustavo Prado y Luz Andrea Lancheros por su parte protagonizaron uno de los conversatorios más aplaudidos, con un paralelo entre la industria de la moda en sus diferentes niveles. Prado dejó en evidencia que la moda latina y las nuevas generaciones de diseñadores deben soñar en grande, pero también deben tener en cuenta que el continente necesita presentar propuestas de moda local con ADN, con esencia y calidad que atiendan al mercado masivo y al mercado de la clase media regional y no solo pensar en las categorías premium.
El Bogotá Fashion Week culminó después de un año de preparaciones y asesorías con la presentación de 130 diseñadores y marcas, en 13 segmentos de moda y 15 charlas con exponentes del sector. Todo bajo el concepto de inclusión, diversidad y sostenibilidad.