Estando en el palacio de Buckingham, habría sido impensable recurrir a los servicios de una estilista, como cualquier celebridad. Pero dado que ya no es un miembro en activo de la familia real, Meghan Markle puede confiarle su vestuario a quien ella desee.
Y es precisamente esta libertad la que la ha llevado hasta los servicios de la estadounidense Jamie Mizrahi, una amiga suya que se encuentra entre las estilistas predilectas de las estrellas estadounidenses.
La encargada de dar la noticia ha sido la periodista Lauren Sherman desde su columna en Puck. Tras cambiar la vida de royal por las costas soleadas de su California natal, Markle dejó atrás los jerseys de cachemira y abrigos impecables por un vestuario más propio del clima de Montecito, algo que según la periodista especializada en moda requiere de abundantes “pantalones de lino y vestidos entallados de Roland Mouret”. No obstante, gracias a la contratación de esta estilista, encargada de vestir a figuras de la talla de Adele, Jennifer Lawrence y Jeremy Allen White, el fondo de armario californiano de la exactriz podría dar un giro glamuroso de lo más hollywoodiense. Antes de su fichaje, solo trabajaron juntas en una ocasión. Lauren Sherman asegura que su colaboración podría suponer "un punto de inflexión para ambas partes, en lo que a la construcción de sus respectivos mitos se refiere". Mientras que a una de ellas le permitiría consolidar aún más su posición en Hollywood, la otra podría beneficiarse de la notoriedad de su colaboradora e impulsar su categoría en la industria de la moda.
Tras incorporarse la pasada primavera a la poderosa agencia de Hollywood WME y cerrar un nuevo contrato con Lemonada Media para grabar un podcast, Meghan Markle, que se encuentra inmersa en pleno relanzamiento de su carrera, está llamada a obsequiarnos con muchos nuevos estilismos con los que inspirarnos, contando ahora con la ayuda de una de las especialistas más cotizadas del momento. Su segunda oportunidad en Hollywood parece estar más cerca que nunca.