Un establecimiento ubicado en el tan céntrico como exclusivo Paseo de Gracia, que viene a tomar el testigo de la boutique desde la que ya venía operando la célebre casa parisina hasta la fecha en el número 77 de esta misma y concurrida arteria comercial, manteniéndose de este modo en el número de las 4 tiendas repartidas por España, con dos establecimientos en Madrid, su boutique de Marbella y esta nueva tienda de Barcelona.
Situada en el número 81 de Paseo de Gracia, a escasamente 30 metros de su anterior ubicación, cerrada ya al público desde el pasado 21 de noviembre, la nueva tienda de Hermès en la Ciudad Condal suma cerca de algo más de 370 metros cuadrados, organizados a lo largo de las dos plantas, mimosamente decoradas y restauradas, de las que dispone la nueva boutique. Un deslumbrante espacio desde el que la firma francesa ha pasado ya a poner al alcance de su selecta clientela la amplia oferta de la que dispone en prendas de moda y complementos, tanto para hombre como para mujer, principales pilares de un catálogo que se termina de reforzar con su oferta de fragancias y accesorios, de entre los que se destacan los artículos de marroquinería, en seda o su serie de piezas de joyería y de relojería.
Piezas todas ellas finamente expuestas sobre la superficie de esta nueva boutique, reflejo tanto del buen “saber hacer” de la casa francesa como de los aires mediterráneos y cosmopolitas que se respiran en la Ciudad Condal, en una suma de características y de sensaciones que el propio establecimiento se encarga de personificar, a través de un espacio enriquecido con un tradicional patio mediterráneo, responsable de inundar de luz el interior de una boutique que, además de este valor como espacio mediterráneo, ofrecerá también a sus clientes más selectos un salón VIP desde el que poder disfrutar de una experiencia de compra más personalizada y exclusiva.
“Ubicado a unos pocos pasos de la ubicación anterior, este nuevo espacio cuenta con una amplia distribución repartida en dos plantas y con un amplio patio y jardín privado, dentro de la tradición urbana y de estilo de vida al aire libre” que se vive en la ciudad, subrayan desde la misma Hermès a través de un comunicado. “El resultado es una expresión vívidamente colorida y contemporánea de los códigos de la casa, en conversación con la vitalidad de la ciudad costera, con su proximidad a la naturaleza y con la distintiva arquitectura modernista catalana: un entorno maravilloso que es un testimonio de las profundas raíces de Hermès en la región y su apego a sus clientes locales”.
Con patio mediterráneo y salones privados
Ubicada a los pies de un edificio modernista de finales del XIX, el diseño de la nueva boutique a corrido a cargo del estudio de interiorismo parisino RDAI, mientras que el diseño del jardín interior, pieza clave de la nueva boutique, a estado en manos de la firma catalana especializada en paisajismo Local4. Profesionales que de este modo han trabajo a cuatro manos para terminar dotando al nuevo establecimiento de esta carácter único y distintivo, ahogado de referencias e influencias venidas de la propia esencia de la Ciudad Condal.
De este modo, el interior de la nueva boutique se ha modelado siguiendo las inspiraciones sinuosas de la arquitectura modernista de Gaudí, mientras que al mismo tiempo, y en la zona que corresponde a la planta superior, se han mantenido y restaurado las piezas decimonónicas que mantenía la construcción original. Piezas de entre las que sobresalen unas coloridas vidrieras, de inspiración japonesa, obra del artista modernista catalán Antoni Rigalt i Blanch, o los suelos en mosaico hechos a partir de piezas de la histórica firma valenciana cerámicas Nolla, impulsada por el empresario valenciano Miguel Nolla, ascendiente de la política e histórica alcaldesa de Valencia, Rita Barberá Nolla.
En cuanto a su distribución interior, y bajo esa atmósfera dominada por espacios espaciosos de techos altos y de una clara luminosidad, arrancamos el recorrido por interior de la boutique desde una planta baja que encontraremos organizada en torno a dos principales salones. En el primero de ellos, situado en la parte delantera de la nueva tienda, encontraremos dispuestas las colecciones de artículos de seda, fragancias y complementos para mujer, enfrentadas a los mismos universos de las colecciones de Hermès para hombre, así como un rincón reservado a las colecciones de artículos para el hogar, y otro para el de las piezas de joyería y relojería. Accediendo a partir de aquí ya a ese segundo salón, en la parte trasera del establecimiento, dominado por las grandes cristaleras de suelo a techo que dan acceso al vestido jardín y patio interior, en su caso sirviendo de ambiente para las propuestas de moda prêt-à-porter de Hermès tanto para hombre como para mujer. Caracterizándose esta planta de acceso a pie de calle que se extiende hasta el jardín interior, por mantenerse en esa misma ambientación de diálogo entre Hermès y la ciudad de Barcelona, a base, además de sus líneas “inspiración Gaudí”, por sus paredes estucadas en color arena y unos suelos decorados en mosaico de inspiración marinera.
Mientras tanto, ya en la parte superior de la boutique, nos encontramos con ese salón privado para el que se han conservado, restaurado y recuperado piezas originales, como esas vidrieras de Rigalt i Blanch y los pisos de cerámica Nolla. Unos mosaicos que encontraremos dando carácter a los tres ambientes separados de los que dispone la planta superior, igualmente finamente decorada con mobiliario a medida, acogedores sofás y distintas puertas correderas de madera tallada. Elementos más sobresalientes de una boutique, cuya atmósfera se ha terminado de construir mediante la adición de obras de arte contemporáneo, como fotografías del mar de la fotógrafa canadiense Amy Friend, obras coloristas del irlandés Richard Gorman, piezas procedentes de la colección Émile Hermès, o la pieza de luz “Songe Solaire”, de la artista francesa Nathalie Junod Ponsard. Una instalación artística que ha sido escogida precisamente como mejor testigo y la mejor manera de representar, coincidiendo con la inauguración del espacio, ese mismo espíritu de diálogo entre la tradición de la casa y el cosmopolitismo de Barcelona, su luz y su alma mediterránea, del que se erigen como ejemplo las paredes de esta nueva boutique.
“Desde el momento en el que llegan, los visitantes quedarán cautivados por una deslumbrante paleta que baila entre los tonos azul celeste y verde mar del mediterráneos, con toques de naranja vibrante y rosa eléctrico”, entran a describir desde Hermès. “El color se emplea para delinear cada espacio, como en los gabinetes” que encontraremos “lacados en azul brillante desde los que se exhiben las joyas y los relojes”, a esa “llamativa variedad de alfombras de mohair tejidas a mano”, en colores en degradado, que “enmarcan los universos prêt-à-porter para hombre y mujer”.
Todo ello, mientras “estallidos de color, en forma de brillantes mesas esmaltadas, marcan la escena con un estilo alegre y excéntrico”, y el jardín, “con flora local, como cítricos y pinos mediterráneos, así como jacarandas y magnolios y brillantes ramilletes de buganvillas” se convierte en el auténtico corazón hacia el que respira esta nueva boutique de Hermès de Paseo de Gracia.