La moda vintage se ha convertido en uno de los recursos preferidos más recientes para destacar en cualquier alfombra roja. Un fenómeno que se ha incrementado clarísimamente en los últimos meses. Hasta hace no mucho este era un terreno en el que reinaba prácticamente en solitario Zendaya. Sus años de experiencia en llevar vestidos de otras épocas le permitió lucir como nadie una verdadera joya de museo: el diseño Cyborg creado por Thierry Mugler en 1995 para celebrar los 20 años de su marca confeccionado con metal y plexiglás.
Miley Cyrus, otra apasionada de la moda vintage, eligió un vestido de Bob Mackie, diseñador de cabecera de Cher, para su actuación en los Premios Emmy. Y uno de los casos más llamativos fue el de Maisie Williams, que según relataba ella misma, estuvo trabajando dos años en los looks que luciría para su gira de promoción de la serie The New Look. A lo largo de las diferentes presentaciones, que le llevaron por varias ciudades, la actriz llevó únicamente piezas vintage, desde un Balenciaga de 1965, hasta un Vivienne Westwood de 1996.
A principios de marzo Anna Baryshnikov posaba en la presentación de Love Lies Bleeding con un vestido de Yves Saint Laurent del año 1987, culminando un mes de entregas de premios en los que la moda vintage ha brillado especialmente. Esta tendencia ha hecho que el interés por comprar piezas antiguas se haya incrementado, pues nos damos cuenta de que son estas prendas las que verdaderamente son capaces de aportar autenticidad a nuestro armario y las que, además de contribuir a una forma de vestir más sostenible, tienen un valor añadido difícil de cuantificar.
Nos hemos puesto en contacto con dos tiendas de moda vintage con sede en Nueva York, artífices de algunos de estos looks recientes que comentábamos, para que nos cuenten cómo comprar piezas vintage y acertar, en qué debemos fijarnos y sobre cuál debería ser nuestra primera inversión.
Zabrina Estrada creó en medio de los desafíos de la pandemia Etéreo Vintage, un encantador showroom situado en Upper East Side Nueva York que se puede visitar bajo cita previa. De allí salió el abrigo de 1965 de Balenciaga que llevó Maisie Williams y allí se pueden encontrar auténticas piezas de museo, como un vestido atribuido a Jean Patou Alta Costura de alrededor de 1925-27 o un Elsa Schiaparelli de 1930.
Pasearse por su página web es un descubrimiento tras otro. Chandler Guttersen, fundadora de Vintage Grace, cuyo showroom también está ubicado en la Gran Manzana, es la otra experta a la que hemos preguntado. Entre su selección de prendas podemos encontrar desde un Halston alta costura de los años 70, hasta un vestido de cóctel de Christian Dior de 1950 o un conjunto de Chanel de los años 80.
Vestir prendas de hace 50 años o más a diario: ¿se estropean? ¿Cómo debo guardarlas?
“Si encuentras algo que te encanta, ¿por qué no disfrutarlo?”, opina Chandler Guttersen y aclara, “por supuesto que habrá siempre piezas extraordinarias que quieras preservar como algunas de ediciones limitadas, un Dior original… Recomiendo ser cuidadosa mientras la llevas y seguir al pie de la letra la guía de cuidados de la prenda”. Zabrina Estrada, fundadora de Etéreo Vintage, nos aconseja que para preservar aquellas piezas más antiguas dignas de un museo, las guardamos en cajas de archivo especializadas forradas en papel de seda libre de ácido para salvaguardar la integridad de las telas. También abogamos por servicios de limpieza profesionales adaptados a las prendas vintage, prolongando su vida útil y su belleza inherente”.
Ambas están de acuerdo en que la moda vintage está viviendo un interesante boom, alentado por el interés creciente de vestirse de una forma más respetuosa con el medio ambiente. “El interés por la moda vintage, que antes era un nicho, se ha convertido en un movimiento global impulsado por la concienciación sobre la sostenibilidad”, reflexiona la fundadora de Etéreo Vintage, y considera que su clientela se acerca a ella con un profundo aprecio por la importancia de sus compras: “Reconocen que al adquirir una pieza vintage, no están simplemente obteniendo una prenda de vestir, sino que están invirtiendo en un objeto atemporal que ha resistido las pruebas del tiempo. Priman la calidad sobre la cantidad, adoptando una filosofía de consumir en menor medida pero con mayor intención”, afirma. Un interés creciente que también ha percibido la creadora de Vintage Grace: “Más que nunca la gente está gravitando hacia la idea de llevar ropa vintage en su día a día. No solo porque sea tendencia, sino también por la sostenibilidad, especialmente en un momento en el que la moda rápida lo está saturando todo. Lamentablemente, esto hace que las piezas vintage y de archivo sean cada vez más preciadas”, reconoce entre risas y resignación.
Chandler Guttersen recomienda alternar la compra de ropa vintage con la inversión en diseñadores actuales: “Siempre intento comprar un par de piezas al año de algún diseñador que puedan tener valor en un futuro en el sector de la moda vintage”. Y, ¿en qué diseñador invertirían pensando en ese futuro? ¿La moda de hoy día resistirá el paso del tiempo como lo hacen las piezas de la primera mitad del siglo XX? “Predecir el valor duradero de la moda actual en los próximos 50-100 años es inherentemente incierto, dada la naturaleza en constante evolución de las tendencias y los gustos. Sin embargo, al igual que hoy en día tenemos en alta estima las prendas de Fortuny o Cristóbal Balenciaga, las generaciones futuras pueden apreciar de manera similar la innovación y el significado cultural de la moda contemporánea de nuestra era.
El concepto de "future vintage" surge de diseñadores que han dejado un impacto duradero, como Martin Margiela, John Galliano, Alexander McQueen y Phoebe Philo para Celine. Sus creaciones hablan de la esencia de la era moderna, lo que las convierte en piezas muy codiciadas y potencialmente icónicas para el futuro”, opina Zabrina Estrada. Para Chandler Guttersen, es difícil comparar a los diseñadores de hoy con los originales creativos de la industria. “Los diseñadores de hoy en día muestran un alto nivel de talento y diseño creativo, sin embargo, creo que la calidad de los materiales y la artesanía no son tan fáciles de encontrar en el mundo de hoy”, opina.