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Es una demolition party? » pregunta una mujer entre la multitud frente al número 103 de la avenida de los Campos Elíseos, un gigantesco edificio Belle Époque en obras desde hace años y que iba a ser la sede de Dior, pero que acabó en manos de Louis Vuitton. No, no es una “demolition party”, sino una “construction party”.

Unas obras ocultas al público bajo una maleta gigantesca y un interior transformado en caja naranja, con un podio de diseño y una iluminación futurista. Fuera, el bullicio habitual cuando llegan los VIP a la avenida más bella del mundo: Zendaya, por supuesto, el futbolista Hidetoshi Nakata, Marina Foïs, Léa Seydoux, Jennifer Connelly, Pharrell Williams, Emma Laird…

La familia Vuitton al completo toma asiento en este escenario impregnado de vitamina C para asistir a un desfile amenizado con una banda sonora compuesta íntegramente por Zaho de Sagazan.

Las letras de Zaho son el acompañamiento perfecto de la próxima temporada de Nicolás Ghesquière, fiel a su enfoque futurista, sus siluetas trazadas con tiralíneas sin excluir el romanticismo de sus trajes fluidos con tejidos superpuestos, mangas extra anchas y efectos cinturón.

La mujer Vuitton sabe jugar como nadie con su toque masculino y aparece primero con una interminable melena suelta o con un corte rockabilly, un top inspiración corsé sobre un pantalón oversized o un conjunto negro con un gran sombrero y joyas que recuerdan a un personaje de Muerte en Venecia catapultado hacia el metaverso.

Los zapatos de tacón bajo se envuelven en pliegues gráficos, los bolsos para cámaras se cuelgan del cuello como si fueran collares, el bolso baúl se suaviza y se adorna con falsas pegatinas de antiguos hoteles, como el que ocupó el local a principios del siglo XX. También pudimos ver el nuevo Go14, inspirado en los interiores acolchados de los baúles Louis Vuitton, que colisiona con los marcos temporales de una forma en la que el director artístico de las líneas femeninas de la marca es tan experto.

Una especie de DJ set mode impregnado de una feminidad poderosa y aventurera. ¿Acaso viajar (al otro lado del mundo o a la vuelta de la esquina) no es el núcleo del ADN de Louis Vuitton?

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