En cada nueva colección Maria Grazia Chiuri bucea en los valiosos archivos de la Maison para rescatar algún elemento o silueta que marcó la trayectoria de Christian Dior. Desde los veranos de su infancia y su amor por las flores, hasta los bordados que utilizaba el couturier en la década de los 50.
Con estas vueltas al pasado Chiuri no solo demuestra que las creaciones de Christian Dior son eternas, sino que también corrobora su gran talento a la hora de adaptarlas al siglo XXI y hacerlas de nuevo trascendentes. Esto mismo ha ocurrido en su reciente desfile, el de la colección de Dior para otoño 2024, un verdadero homenaje a la primera colección prêt-à-porter que lanzaba la casa Dior en 1967, ya con Marc Bohan como director creativo. Las líneas en forma de A y el decidido carácter retro se inspiran en aquellos años en los que la industria de la moda caminaba inexorablemente hacia el futuro. Especialmente futurista fue el logo creado por Bohan en colaboración con Alexandre Sache, el diseñador textil que estampaba pañuelos y vestidos de los grandes creadores, desde Hubert de Givenchy, hasta Cristóbal Balenciaga y por supuesto Christian Dior.
Y en torno a su logo ha girado la colección. Especialmente poderosas eran las prendas, desde faldas a gabardinas y americanas con un gran Miss Dior estampado en ellas. Un estilo que puede recordarnos a los irreverentes graffitis, pero que en la época en la que fue creado era más trasgresor todavía. El logo creado por Sache se alejaba considerablemente del logo tradicional de la firma. Además, esta colección supuso un verdadero paradigma pues era la primera vez que una firma desarrollaba el concepto de un logo, estampándolo en prendas y accesorios. Se consideró que este podía ser un eslogan, como una especie de manifiesto pintado en un muro.
De este modo Miss Dior se convierte en un mensaje y Maria Grazia Chiuri lo hace suyo imprimiéndolo en las prendas mediante la técnica de la serigrafía, dándoles así fuerza y un aire pop inconfundible.
Esta técnica consiste en transferir pintura sobre cualquier superficie mediante el uso de una malla de tela, en este caso de poliéster, que se tensa sobre un marco. Con una racleta se aplica presión distribuyendo la tinta por la superficie en la que vayamos a aplicar el estampado. Se trata de una técnica artesana que al mismo tiempo permite una impresión repetitiva pues una vez que está hecha la plantilla esta se puede aplicar cuantas veces se quiera sin perder calidad.
Por tanto, se une así la inspiración de la que parte esta colección: la primera colección ready to wear de la firma. Y por otra, el carácter artesano y el savoir faire que se encuentra en el ADN de la Maison. El resultado es una serie de prendas y accesorios que adquieren directamente el estatus de icono, por su fuerza visual y la historia que encierran.